Cuando pensamos en Manga, generalmente dirigimos nuestra imaginación a poderes sobre naturales, goles desde la media cancha que rompen las redes de la portería rival o muchas veces en personajes vestidos comúnmente de color naranja.
Si con estas pistas, estás pensando en el manga estilo Shonen (demografía de manga y anime, dirigida al público masculino joven) pues estás en lo correcto. Este género ha dominado la lectura del manga a nivel mundial por muchos años, desafortunadamente, como bien lo menciona su definición, este tipo de historias son mayormente dirigidas a un público específico que puede, de alguna u otra manera, excluir a otros tipos de lectores o lectoras que no estén interesadas en este tipo de aventuras fantásticas/humorísticas.
Podemos decir que siempre ha existido un público para todo tipo de géneros, y en Panamá no ha sido la excepción. En 2020/2021 pudimos comprobar esto utilizando de metodologías cualitativas que nos ayudaron, y la verdad me abrieron nuestros ojos a una realidad que, si bien, parece ser algo normal para muchos, pues para nosotros no lo era tanto.
Durante la recolección de datos de la investigación, “Explorando la opinión del fandom local: el posicionamiento y visibilidad del cómic y manga de Panamá”, nos tocó entrevistar a una persona muy influyente para el arte secuencial en Cataluña, hablo del carismático autor, articulista, informador, divulgador, Jaume Vidal Briosca. Durante la entrevista en la que comparte su experiencia, hemos recogido esta frase:
«…El Manga es un fenómeno que pienso, salvó que nos quedáramos sin una generación de lectores, una generación que había desaparecido. Mi primer contacto con los Otakus o aficionados al cómic japonés fue durante una convención que se realizó en el teatro de San Andreu y me encuentro ahí chicos y chicas, importante que recuperó el público femenino para el cómic que estaba perdido»
Estas palabras fueron la génesis de muchas dudas, por lo cual, se decidió incluir ciertas preguntas “clave” durante la recolección de datos para la investigación. Las preguntas fueron realizadas, “deliberadamente” durante diferentes grupos de enfoque a fanáticos y fanáticas del manga en general.
Al preguntar acerca de los gustos y preferencia a la hora de consumir manga, algunas de las respuestas fueron las siguientes:
«… Me encanta leer el Yaoi, específicamente en manga, siempre me ha gustado más, pero romance también me gusta»
«… Me gusta el Shojo que es de romance, lo que es el Seinen que es dirigido a hombres que sería Yaoi»
«… Yo, Seinen, leo Kaguya Sama es como Seinen yo lo siento así, no sé, soy más como del típico romance y comedia»
«… Slice of Life que es medio Shojo, pero más Slice of Life tiene como esa profundidad y complejidad de los personajes, femenino y masculino, siendo como para todo el mundo, me encanta»
Se llegó a completar cuatro grupos de enfoque que registraron la participación de personalidades diferentes, que solo tenían en común su consumo de Cómics y Mangas. Al concluir el desarrollo de estos grupos de enfoque, los mangas Shonen y Shojo terminaron con la misma cantidad de preferencias dentro de los distintos grupos de fanáticos consultados.
La hegemonía del Manga tipo Shonen, pues sí, aún es fuerte, pero hoy día tiene un gran rival, y en hora buena, ya que el Shojo lo que aporta es la participación de más personas, como bien decía Jaume, rescató a una generación de lectoras que ahora no son solo lectoras sino autoras, ilustradoras, creadoras de contenido y parte importante de esta comunidad otaku que aprecian las historias desarrolladas en mangas y animes.
Las lectoras no están forzadas a consumir personajes con superpoderes infinitos, o que visten de naranja. En algunas ocasiones las historias reales, los dramas y las personas en su estado natural son igualmente interesantes. Esas situaciones que roban el sueño y que marcan sus vidas pueden ser reflejadas en viñetas y ser consumidas por un gran mercado que claramente está sediento por este tipo de narrativas, un mercado mayormente constituido por lectoras que aprecian el realismo, las controversias, el romance y las tragedias.
Me parece que, para autores e ilustradores, el explorar este tipo de historias estilo “Shojo” no caería nada mal en un mercado poco capitalizado como el de Panamá (y me atrevería a decir que se podría capitalizar a nivel centroamericano).